El poco tiempo que le dedico últimamente a internet lo invierto en leer de soslayo los post que mis compañeros de la blogosfera escriben casi a diario, veo que esta sigue su curso, que no para, muchos somos los que le dedicamos parte de nuestro tiempo a intercambiar impresiones desde un blog u otro, porque esto no para.
Al igual que una frenética ciudad en el constante ir y venir de su gente, la blogosfera sigue su marcha y artículos tras artículos los blogueros no paran de actualizar sus páginas (cosa que me deleita).

Por eso, viendo que la vida internauta sigue muy viva, cada día me entristece más ver como mi blog no se actualiza, no se riega (no lo riego), más de una semana sin ni siquiera entrar a modificar algo. Veo que mi blog se está muriendo poco a poco, lo que antes era un constante ir y venir de visitantes por mi página hoy solo es un blog triste y perdido en las profundidades del olvido.
Culpa mía, pero culpa necesaria.
Como hace muy poco escribía mi amigo Rafa desde su blog talibanero, no sé si es hora de echar el cierre.
Tampoco lo quiero yo, simplemente dejo la puertecita medio encajada por si alguien me quiere saludar.
Hoy me ha dado por escribir, no sé el tiempo que tardaré en volverlo a hacer, quizás cuando la pelota comience de nuevo a rodar vea la cosa de otra manera.
Pero por ahora….