Estoy tela de contento, más todavía, sobre todo después de pasar la tardecita que he pasao trabajando. No puede ser que el partido más importante y trascendental del Sevilla de lo que llevamos de temporada no lo haya podido ver.
Pero es que ni casi escucharlo.
A continuación os cuento lo que ha sido mi particular pesadilla de una noche de Diciembre, aunque esta vez con un final muy feliz;
21:03h. Llevaba una tarde agitadísima, de esas que no te da tiempo ni de beber agua, pero en todo momento sabía que la hora del comienzo del partido era a las 21:05h, así que no sé si por intuición o por la llamada de mi corazón sevillista en ese instante miré el reloj del móvil, faltaban solo dos minutos para el comienzo, pero no podía dejar lo que estaba haciendo, así que seguí en la faena intentando evadirme.
A los pocos minutos, yo diría que habían pasado tan solo cinco o seis, se me acerca un compañero con unos cascos puestos y con una risita (típica de verdolaga satisfecho) en la cara;
"Miguelito, acaban de marcaros el primero"
A mí se me vino el mundo encima, pero seguí con mi trabajo. Tengo que decir que precisamente en mi puesto de trabajo no puedo llevar cascos porque necesito oír al compañero que está conmigo.
Me sorprendió que entre tanta gente como trabajamos ahí, no se oyera el gol de los alemanes.
Poco después, terminé lo que estaba haciendo y corrí como un energúmeno a mi nevera donde tenía los cascos, los enchufé al móvil y efectivamente, íbamos perdiendo 0-1 (volví a ver en mi mente la maldita risita de ese verdolaga).
El partido estaría en su primera media hora cuando me puse los cascos, pero al instante, sin tiempo a digerir que realmente los teutones iban por delante;
GOOOOOOOOOOOOL de Romaric!!
Joder, se me cayó hasta el móvil, ahora si sentí a muchos de mis compañeros gritar.
Pero es que no llegué ni siquiera a mi puesto de trabajo otra vez cuando;
GOOOOOOOOOOOL de Kanouté!!!
Ahí ya flipé.
Con una alegría inmensa terminé de escuchar la primera parte sin saber lo que me depararía la segunda, toda una odisea.
Para empezar, nada más comenzar la segunda parte, justo al marcar los alemanes, del mismo nerviosismo me tropiezo del atril desde donde me tengo que bajar y me doblo el tobillo. Entre el gol y la torcedura, en ese instante me cagaba en la risita del verdolaga de los cojones.
Siguió corriendo el reloj y en una de las salidas de Palop que el locutor de Canal Sur (por desgracia es de las pocas emisoras que coge mi móvil en la planta solar), que no sé quien es ni me interesa, retransmitía con tanta pasión, me di un golpe en el mismo dedo que días antes me había cortado con el cuchillo del jamón, no te digo na, otra vez la herida abierta.
Y por último, en una de las últimas jugadas de peligro de los alemanes, recuerdo que era en el minuto 38, una llave de carraca que utilizo para apretar tuercas, lo hice con tanta rabia que se me escapó y me dio en toda la boca poniéndome el labio como la Potorro.
Así que aunque no lo haya visto, he sufrido como cualquiera que hubiese estado en el campo o viéndolo por la tele, eso sí, pero un poco más magullado.
Aunque todo sea por dormir esta noche como lo vamos a hacer los sevillistas, orgullosos de lo que somos y de nuestro equipo.
FELICIDADES.
PD: El verdolaga, al salir del trabajo ya no llevaba la risita en la cara, la llevaba yo.
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2 comentarios:
Primo, no es comparable tu odisea laboral con el frío que pasamos tus tres primas en el estadio, pero casi:) La alegría sí es la misma y la satisfacción y la inquina contra esos verdolagas, molestos como chinches:):)
Besosssss y Sevilla FC
Ya tocaba disfrutar de nuestro Sevilla, espero que esto haya cargado de confianza a la plantilla porque falta nos hace, hay que seguir sufriendo.
Un besote pa ti prima.
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